jueves, 16 de febrero de 2012

Tarta de 3 chocolates


Esta deliciosa tarta de tres chocolates es perfecta para aquellos amantes del chocolate ya que con ella van a poder degustar, a la vez, de la combinación del chocolate blanco, con el chocolate con leche y con el chocolate negro perfectamente combinados. La receta es fácil de elaborar pero un poco entretenida, aunque vale la pena solo por su suave textura y su delicioso sabor. Con esta receta sorprenderéis a todo el mundo.
Además es un postre que encontrareis en muchos sitios y siempre la misma receta, no varía, por que sale perfecto.

Ingredientes:

Para la capa de chocolate negro.
50 gr de azúcar.
250 ml de leche.
250 ml de nata.
150 gr de chocolate negro.
1 sobre de cuajada.

Chocolate con leche.
50 gr de azúcar.
250 ml de leche.
250 ml de nata.
150 gr de chocolate con leche.
1 sobre de cuajada

Chocolate blanco.
50 gr de azúcar.
250 ml de leche.
250 ml de nata.
150 gr de chocolate blanco.
1 sobre de cuajada

Capa de galleta (opcional)
1 paquete de galletas maría.
70 gr de mantequilla.

Modo de preparación:
En primer lugar, picaremos las galletas y las mezclaremos bien con la mantequilla blandeada, hasta formar una pasta consistente, que pondremos en el fondo del molde.

La base de galleta es opcional, si os gusta la ponéis y si no se puede hacer sin la base, ya que queda igual de consistente.

Usad un molde desmontable.

Poner en un cazo, el azúcar, la leche, la nata, el chocolate negro troceado y calentar hasta    que rompa a hervir, en ese preciso momento añadiremos el sobre de cuajada, remover para mezclarlo bien y darle un par de hervores. Cuando hierva la segunda vez, lo retiramos  y lo ponemos en el molde.
Repetiremos el mismo proceso con el chocolate con leche y con el chocolate blanco.
Solo hay que tener en cuenta, que cuando echamos el chocolate con leche sobre el negro, este no esta solido aun, con lo cual lo pondremos con mucho cuidado, yo lo hago poniendo una cuchara en el chorro para que no caiga con fuerza y evitar que se mezcle con el resto. Haremos el mismo proceso con el blanco.
Cuando lo tengáis terminado, dejarlo que se enfrié a temperatura ambiente y después ponerlo en la nevera, mejor de un día a otro.
Si no sois excesivamente dulces, como yo, a la capa de chocolate blanco no le añadáis el azúcar.




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